Muy pocas referencias existen acerca de la arquitectura en los finales del siglo XV. Ya en el XVII se observa una etapa de crecimiento y el XVIII tiene la cúpula como elemento más significativo.

Desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX predominan los neoestilos y el eclecticismo. Luego, a principios del siglo XX, se impone el decorativo del modernismo, que se expande en amplias zonas de la calle Triana, en Las Palmas, así como en el Barrio de los Hoteles, en Santa Cruz de Tenerife.

Otros profesionales incorporaron después el racionalismo en las pautas constructivas insulares durante las primeras décadas del siglo XX y ello tuvo especial relevancia entre la sociedad intelectual, mientras que la otra corriente dentro de la arquitectura fue el estilo neocanario.

Las islas también han apostado por una arquitectura de vanguardia, donde destacan obras como el Auditorio Alfredo Kraus en Las Palmas de Gran Canaria y el Auditorio Insular -obra de Santiago Calatrava- en Santa Cruz de Tenerife.

En síntesis, la arquitectura ha marchado acorde a los tiempos y las corrientes europeas.